lunes, 19 de julio de 2010

Buenos Aires Bajá los decibeles!

En la cultura contemporánea, la bocina es uno de los más frecuentes elementos de la contaminación sonora: sustituyendo a la voz humana, muchísimas personas al volante (automóvil, autobús, tren, etc.) accionan la bocina sin la debida consideración de las personas ni circunstancias circundantes.

Su uso indiscriminado es impertinente, por ello el código de circulación sólo autoriza su uso con toques repetidos y cortos en los siguientes casos tan sólo de día:

*Para evitar un posible accidente.

*Para avisar de nuestra posición a quien intenta incorporarse a la vía (y más si lo intenta marcha atrás).

*Para señalizar nuestra circulación como vehículo prioritario (también sería imprescindible el uso de la señal de emergencia).

*Para avisar al conductor que nos precede de nuestra intención de adelantarlo.

Como medio de agresión, como símbolo de poder, como forma de abuso y de desahogo de frustraciones, la emisión de los sonidos de las bocinas en las calles de las grandes ciudades han saturado y están saturando, convertidos en ruido, el oído del peatón y, por supuesto, también del propio conductor, lo que, por supuesto, tiene consecuencias graves sobre la salud del ser humano (irritación, bajo rendimiento escolar y baja productividad laboral, violencia, depresión y, sobre todo, pérdida total o parcial de la capacidad auditiva).

El estrés, alteraciones mentales, bajo rendimiento laboral, fatiga, efectos sobre el sistema cardiovascular, alteraciones del ritmo cardíaco, riesgo coronario, hipertensión, trastornos nerviosos, son muestras de algunos de los males más frecuentes que padecen las personas de cualquier edad como consecuencia de una exposición prolongada al ruido.


Por todo esto es que decidi hacer una movida para concientizar a los ciudadanos sobre el mal uso de la bocina, ¡Sumate asi si somos muchos, podemos hacer algun cambio! Cualquier aporte que puedas dar será bienvenido.

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